El
goteo de casos de acoso escolar o bulliyng con graves consecuencias
que afloran a los medios de comunicación no cesa. Niñas y niños
que sufren lo indecible durante años, que acaban en depresiones y
hasta en el suicidio o desahogan el odio acumulado convirtiéndose
en agresores.
El
acoso es una amenaza constante y, al menos en apariencia, creciente.
Detectarlo a tiempo es la clave. Saber qué hacer cuando se detecta,
una duda frecuente. Enumeramos algunas de las iniciativas y servicios
a los que se puede recurrir y de los métodos utilizados para
detectarlo y afrontarlo.
Teléfonos
gratuitos
El
uno de noviembre del pasado año el Ministerio de Educación puso en
marcha el 900 018 018, teléfono gratuito contra el acoso escolar. En
su primer mes de funcionamiento recibió cerca de cinco mil llamadas,
de las que más de 1.500 fueron identificadas como casos potenciales
de maltrato, una media de 38 diarias, según informó en el Senado a
mediados de diciembre el ministro de Educación.
La línea es
atendida por expertos en Psicología, que cuentan con un equipo de
trabajadores sociales, juristas y sociólogos para prestar la
atención que sea necesaria, incluído el aviso a la inspección
educativa, centros de salud, ministerio fiscal o policía,
garantizando el anominato y confidencialidad.
La
Fundación ANAR, de ayuda a niños y adolescentes en riesgo, ofrece
el 900 20 20 10. Esta línea gratuita recibió más de 25.000
llamadas en el 2015. Cerca de seiscientas denunciaban casos de
violencia escolar, con un crecimiento del 75% respecto al año
anterior. Cuatro de cada diez sufrían el acoso desde hace más de un
año y siete de cada diez lo padecían a diario. Las nuevas
tecnologías hacen, además, que el acoso no cese al salir del
colegio sino que sea continuo, sin descanso.
<Damos
respuesta inmediata a todo tipo de problemas, acoso escolar,
violencia de género, maltrato, trastornos de alimentación,
ciberbulliyng, entre otros>, señala la fundación en su página
web. <Cualquier niño o joven _indican_ puede marcar nuestro
número, que es gratuito y confidencial, y encontrará al otro lado
un psicólogo que le va a escuchar el tiempo necesario, que le
orientará en su problema y que le ayudará a encontrar una
solución>.
Ofrecen
en primer lugar orientación y también, si es necesario, derivar el
problema a los servicios sociales, educativos, sanitarios o jurídicos
que sean necesarios, e intervenir directamente si se detecta una
situación de desamparo.
Protocolos
de actuación
Son
varias las entidades y organizaciones que ofrecen protocolos de
actuación para niños, padres y profesores a la hora de enfrentarse
al problema.
Una
de ellas es la Asociación Española para la Prevención del Acoso
Escolar (AEPAE). Además de unas detalladas pautas, en su página en
internet detallan que realizan acompañamientos a los padres a los
centros escolares, mediando y dando pautas de intervención
individualizada para cada caso, por cuanto, según señalan, <en
algunos centros no saben cómo actuar>. Asimismo, ofrecen clases a
los niños acosados y a los acosadores y charlas para padres, Ampas,
profesores y educadores.
Save
the Children ofrece también en su web un detallado programa de
actuación frente al acoso escolar y recoge firmas para
pedir a los partidos políticos y al Gobierno que promuevan <la
aprobación de una ley de medidas integrales que proteja a los niños
de todas las formas de violencia>. Más de 160.000 personas la han
rubricado ya.
Métodos
para detectarlo
Una
profesora estadounidense utiliza un imaginativo método para detectar
situaciones de aislamiento o de acoso entre sus alumnos, que se ha
hecho viral en internet. Los viernes por la tarde pide a sus alumnos
que escriban en un papel los nombres de cuatro niños con los que le
gustaría sentarse la semana siguiente y que digan el nombre de un
compañero que se haya portado de forma excepcional.
Después
estudia las respuestas y busca patrones, como qué nombre no quiere
nadie, quien dice no saber junto a quién quiere sentarse, quién no
recibe la atención necesaria para ser votado o quién ha pasado de
tener muchos amigos una semana a pocos o ninguno en la siguiente. El
objetivo es identificar a los niños solitarios y con dificultades
para conectar con sus compañeros y, en definitiva, saber si hay
acosados y acosadores.
En
algunos centros españoles ha comenzado a implantarse otro sistema,
importado de Finlandia. Es el denominado programa Kiva, que ha
conseguido reducir notablemente el acoso escolar en aquel país. Se
centra en actuar, no ya sobre el acosado o acosador, sino sobre los
que son testigos de esa situación y el objetivo es influir en ellos
para que dejen de prestar apoyo indirecto al acosador, de forma que
éste, al no obtener el reconocimiento que necesita para continuar
con su conducta, la abandona porque no le aporta beneficio.
Los alumnos reciben una
serie de clases en distintos períodos de su escolarización, la
primera serie en torno a los siete años y las siguientes cuando
rondan los diez y los trece. En los temarios que se les imparten se
enseñan valores como la empatía y el respeto por los demás. Se
utilizan materiales variados y se elige a un equipo de tres adultos
que detectan e investigan el acoso.
Uno de los recursos es
pedir a los alumnos que cuenten de forma anónima casos de acoso que
hayan podido padecer o presenciar. El equipo citado trabaja sobre las
respuestas para identificar los casos y actuar con acosados,
acosadores y testigos.
Un grupo de estudiantes
de Derecho del campus de Ourense, de los que varios sufrieron acoso
en el colegio o en el instituto, se unieron hace unos meses para
iniciar su particular lucha contra el bulliyng. Llevan varios meses
recorriendo los colegios e institutos que los invitan y contando en
primera persona su experiencia para alertar a los estudiantes del
sufrimiento de las víctimas y la gravedad de estas conductas.
Han logrado ya que
aflorasen varios casos de acoso, bien por el testimonio directo de
víctimas o por las respuestas a las encuestas anónimas que reparten
en cada centro al que acuden. Cuentan con presencia en twitter y
Facebook como <Caso Acoso>, en las que informan de su actividad
y recogen testimonios, algunos de ellos escalofriantes, que aportan
voluntariamente personas que sufrieron bulliyng como contribución
personal a esta lucha.