(Comentario difundido en el programa <Voces de Galicia>, que dirige Isidoro Valerio en Radio Voz, el 19 de noviembre del 2014)
Vaya un acuerdo el de ayer en el Congreso de los Diputados. Como habían surgido dudas más que razonables sobre el uso que algunos parlamentarios hicieron de esa prebenda de viajar a cuenta del Estado sin necesidad de justificar gasto alguno, los grandes partidos han llegado al acuerdo de hacer públicos datos de esos viajes. Pero sin nombres, solo cifras globales, y tomándoselo con calma: lo harán cada tres meses.
Vaya un acuerdo el de ayer en el Congreso de los Diputados. Como habían surgido dudas más que razonables sobre el uso que algunos parlamentarios hicieron de esa prebenda de viajar a cuenta del Estado sin necesidad de justificar gasto alguno, los grandes partidos han llegado al acuerdo de hacer públicos datos de esos viajes. Pero sin nombres, solo cifras globales, y tomándoselo con calma: lo harán cada tres meses.
Y a
eso le llaman transparencia. El presidente del Congreso argumenta que como
algunos viajes tienen carácter reservado, no debe hacerse público ninguno.
Perfecto. Es como si se decide no informar de toda la actividad de la cámara
porque haya alguna comisión cuya temática deba ser reservada por naturaleza.
Transparencia
es que los diputados y senadores justifiquen los gastos que realizan con dinero
público. En las empresas existen desde siempre las notas de gastos y nadie se
escandaliza. Sería lógico que se reserve el dato cuando la naturaleza del viaje
así lo aconseje y lo refrende el órgano que la propia cámara decida. Pero la
reserva como excepción, como norma la publicidad de lo que se hace con el
dinero de todos.
En un momento en que los políticos aparecen en
las encuestas como uno de los principales problemas del país, cuando son el
instrumento para solucionarlos, toda transparencia es poca.
Eso, si quieren recuperar el crédito, la confianza y el apoyo popular. Que, vistas las pegas que ponen, surgen muchas dudas.
Eso, si quieren recuperar el crédito, la confianza y el apoyo popular. Que, vistas las pegas que ponen, surgen muchas dudas.