miércoles, 25 de junio de 2014

PACTO DE ESTADO POR LA INFANCIA

(Comentario difundido en el programa <Voces de Galicia>, que dirige Isidoro Valerio en Radio Voz, el 25 de junio del 2014)

Buenos días, Isidoro. No. No vamos a hablar de Felipe VI ni del aforamiento exprés de Juan Carlos I, ni de los candidatos del PSOE. Ni tan siquiera de la creciente lista de imputados en la operación Pokemon o de los detenidos por el presunto fraude en cursos por el que ayer hubo detenciones en Andalucía.

Te propongo que hoy hablemos de niños. En concreto del informe sobre la infancia en España que ayer publicó Unicef. Tiene datos suficientes para que se nos caiga la cara de vergüenza, aunque algunos de ellos ya sean conocidos. Más de dos millones de niños españoles viven bajo el umbral de la pobreza. Es decir, tienen que apañárselas para vivir con el 60% de los recursos de que dispone la media de los demás niños. España dedica a políticas de protección social de la infancia y la familia solamente algo menos de un euro y medio de cada cien euros que produce. La media europea es de 2,2 euros. La distancia es evidente. Por si fuera poco, entre los años 2008 y 2013 las ayudas al estudio han sufrido un recorte de más del 40%. Nuestros bajísimos índices de natalidad son conocidos. Y, naturalmente, influyen en el descenso de población que se está registrando ya.

Miles de niños no tienen acceso a una alimentación equilibrada y viven en casas en la que no hay luz o agua corriente. O la hay y no la pueden pagar. Esta sangrante realidad apenas aparece en la vida política, más allá de la necesidad de abrir los comedores escolares en verano u ofrecer algún tipo de ayuda a los niños en dificultades durante las vacaciones.

Por eso Unicef ha propuesto un pacto de Estado por la infancia, con una campaña de recogida de firmas que se inició ayer y en pocas horas había rebasado ya las diez mil. Entre otras medidas propone aproximar el gasto social en infancia a la media europea, fijar una ayuda por hijo de 1.200 euros anuales o promover y facilitar el acceso a la enseñanza en el tramo de cero a tres años.

España es el país europeo en el que más crece la desigualdad. Y generar desigualdad desde la infancia marca un negro futuro. Urge que los niños se conviertan en prioridad para nuestros partidos políticos, tan ocupados en diseñar aforamientos exprés y en alumbrar medidas para recuperar parte del voto perdido, mientras no se dan pasos para aligerar la Administración o para limitar algunos de los privilegios de que disfrutan los políticos ni para fijar controles eficaces contra la corrupción o las puertas giratorias.

Es solo una firma, puede hacerse por Internet, y se resuelve en pocos segundos. Pero tiene un enorme valor moral, de presión sobre la clase política y de perspectivas de futuro. Porque proteger a los niños es garantizar el futuro.