viernes, 23 de diciembre de 2016

EL OLVIDADO SENTIDO DE LA NAVIDAD



<Para mucha gente, la Navidad sigue siendo estando vinculada a la religión, pero para otros muchos es simplemente una fecha de consumo, una fiesta de la que tan siquiera saben ya su origen>, afirma el antropólogo Manuel Mandianes Castro (Loureses, Os Blancos, 1942), que ha estudiado las tradiciones navideñas en diversos lugares del mundo y su evolución a lo largo de los siglos.

- La Navidad sigue siendo una fiesta cristiana para muchas personas _afirma_. Para otros son simplemente vacaciones de invierno, que continúan celebrando en casa y en familia en muchos casos, mientras otros aprovechan estas vacaciones para viajar a estaciones de esquí o lugares más cálidos.

- ¿Se pierde o simplemente evoluciona?
- La celebración de la Navidad es tan diversa como el resto de las cosas actuales. Se ha ido enriqueciendo con nuevas aportaciones y al mismo tiempo empobreciendo como el resto de las festividades. Se incorporan nuevos elementos y se pierden otros. Antes las celebraciones eran eminentemente comunitarias. En la fiesta del pueblo todos se volcaban y la celebraban en común. Ahora muchas personas aprovechan esa misma fiesta del pueblo para marcharse a otro sitio, mientras otros acuden al lugar atraídos por el renombre de una orquesta.

-¿Cuál es el origen de las fiestas navideñas?
- Los primeros cristianos eligieron el día en que los romanos celebraban el solsticio de invierno para vehicular su mensaje. Cristianizaron una fiesta de contenido pagano. No sabemos cuándo tuvo origen la celebración tal y como la conocemos hoy porque son fiestas que se van transformando y diversificando con el paso del tiempo.

- ¿Por qué el día 25?
- Es el día del sol invencible. El solsticio de invierno trae el día más corto del año, el sol más débil, pero en los días siguientes se produce el nacimiento del Sol, porque empieza a crecer: es el triunfo del Sol frente a las tinieblas. El hecho de que no sepamos la fecha exacta del nacimiento de Jesús no le tiene que restar fuerza a la celebración, ya que no es el único caso de personajes o hitos históricos que se celebran con importancia sin que se conozca la fecha concreta de su nacimiento

-¿Cómo surge la tradición de hacer regalos en Navidad?
- El origen está en aquellos tres sabios que venían de Oriente a buscar al niño que había nacido, al que ofrecían oro, incienso y mirra. Hoy estamos invadidos por la fiebre consumista y en gran parte son fiestas promulgadas por el comercio, pero desde la concepción cristiana, el regalo tiene un significado mucho más profundo, relacionado con la entrega de Dios de su bien más preciado, su hijo.

- Cada año es mayor la presencia de figuras como la de Papa Noel o santa Claus.
- El éxito de Santa Claus en EE.UU. se explica por la transversalidad de su figura, ya que puede hacer regalos por igual a niños laicos, protestantes, católicos, judíos...Tiene grandes posibilidades de imponerse mucho más de lo que ya lo hace por su capacidad de transmitir valores globales. Eso no quiere decir que los Reyes vayan a desaparecer, su arraigo es muy fuerte.

- ¿Y el alumbrado navideño en las calles?
- Anuncia el comienzo de las Navidades y mantiene el simbolismo cristiano del triunfo de la luz sobre las tinieblas con la llegada de Jesús. Ahora, en cambio, no tiene más intención que la de atraer clientes. Los grandes almacenes, la publicidad y la parte más comercial de nuestra sociedad han sabido aprovechar la simbología del cristianismo para llevar el agua a su molino.

- ¿Corre peligro de desaparición la fiesta de Navidad como tal?
- Se da el contrasentido de que personas que desprecian la tradición de Navidad, por cristiana, luchan por recuperar otras anteriores al cristianismo, sin darse cuenta de que esas se fundaron a su vez sobre las cenizas de otras celebraciones anteriores. De ahí que algunas celebraciones que se tildan de recuperaciones no son más que bidones vacíos, sin contenido, porque no saben de donde vienen. Las fiestas se crean sobre símbolos, que no surgen de la noche a la mañana. Los hitos temporales se festejan desde que el hombre tomó conciencia de sí mismo. Y empezó a celebrar ritos en honor de la tierra y homenajes a sus antepasados. Uno de los ejemplos de la mezcla actual es la importación del halloween, que no es otra cosa que el samaín que llevaron a Estados Unidos los emigrantes escoceses o irlandeses en el siglo XVIII. Y el samaín no es a su vez otra cosa que nuestro magosto, castañada en Cataluña, o mauracas en las Alpujarras.

- ¿Puede todavía revitalizarse la Navidad?
- El Papa Francisco está tratando de recuperar la esencia de muchos signos característicos del cristianismo. De encontrar la esencia del Evangelio, de privilegiar a los pobres, a los desheredados de la Tierra. La Iglesia a veces se adapta tarde y de mala manera a los tiempos modernos y a veces en el afán de adaptarse, lo que hacen es vaciar las celebraciones del contenido tradicional.















miércoles, 21 de diciembre de 2016

NO DESFALLEZCAS


(Artículo publicado en la edición impresa de La Voz de Galicia el 20 de diciembre del 2016)


Hay momentos en los que parece que todo se alía contra ti. En los que años de esfuerzo parece que no sirven para nada. En que te enfrentas a un muro de incomprensión y de injusticia, que cierra, al menos aparentemente, todos los caminos.

Hay momentos en los que te dan ganas de tirar la toalla, de decir hasta aquí hemos llegado, porque ya son demasiadas las veces en que has tenido que reinventarte para hacer frente a las visiones tan interesadas como limitadas que utilizaban su poder para marcar un único camino a recorrer, aunque estuviese claro que no era el que el sentido común indicaba.

Es probablemente en esos momentos en que en vez de horizonte solo parece existir un muro negro en los que merece la pena revisar la trayectoria de otros que supieron resistir y atravesar gruesos muros de injusticia y opresión.

Como Marcos Ana, el joven que entró en una cárcel franquista con 18 años y salió con más de 40. 

Que fue condenado a muerte dos veces y al que en dos ocasiones tuvieron toda una noche de angustia esperando a que viniesen a buscarlo para enfrentarse al pelótón de fusilamiento. 

Que vio incrementada su pena de cárcel  en varias décadas más por el tremendo delito de escribir a mano y hacer circular por la prisión un único ejemplar de un periódico en el que contaba algunas noticias a sus compañeros de cautiverio 

Que tuvo que despedir a centenares de camaradas en las tenebrosas noches de sacas que terminaban con el lejano eco de las metralletas y los tiros de gracia.

Y que, sobre todo, fue capaz de salir sin odio y seguir luchando muchos años —murió hace un mes, con 96— por los ideales por los que la dictadura lo encarceló. 

martes, 20 de diciembre de 2016

GOLPE A LA CREDIBILIDAD DE LOS PERIODISTAS



No sé qué produce más vergüenza en el triste caso de Nadia. Si el desfile de expertos por los medios que se está produciendo para poner las cosas en su sitio o la clamorosa ausencia de cualquier tipo de contraste o confirmación de todas las historias que se contaron sobre la gravedad de la enfermedad de la niña y su peregrinaje por clínicas y especialistas.

No cabe duda de que, si ha habido engaño, los principales responsables son los que falsearon los datos. Pero quienes les prestaron altavoces, quienes difundieron a los cuatro vientos esa gran historia de interés humano, sin cumplir esa elemental regla del periodismo que es confirmar los datos que se publican, tienen una parte importante de responsabilidad, no solo en que miles de personas bienintencionadas creyesen el drama relatado y aportasen donaciones, sino en la desconfianza que este caso puede generar y está generando ya a la hora de recaudar fondos para la investigación de las llamadas enfermedades raras.

La doble crisis del periodismo, la económica y la de modelo, está pasando una elevada factura a la credibilidad de los medios y de los periodistas. La insistencia con la que varias cadenas de televisión compiten con programas de varias horas de duración y similar contenido y estructura no ayuda a mantener alto el listón de la credibilidad. Cualquier pequeño avance en la investigación de un suceso se viste de gran exclusiva y se le dedican minutos y minutos. La mezcla de información y entretenimiento y la vulneración de la línea que separa información y publicidad inducen a la confusión. La rapidez con la que se suben a la red decenas y decenas de noticias en competición constante para ser los más ágiles no ayuda a contrastar debidamente cada pieza que lo requiera. Los recortes presupuestarios y los apuros económicos de no pocas empresas de comunicación dificultan destinar los medios necesarios a cuidar la calidad y la estricta veracidad de lo que se difunde.

Bajar la guardia propicia el error. El error degrada aun más la credibilidad de los medios y de los periodistas. Sin credibilidad, no quedarían medios de comunicación. Solo panfletos.