domingo, 4 de diciembre de 2016

UN ESPACIO MENOS PARA EL BUEN PERIODISMO

La desaparición de Vía V, el programa de debate de V Televisión, es una mala noticia. Cuanto mayor es la abundancia de información, más falta hacen espacios de libertad y de interpretación de la realidad como el que dirigía Fernanda Tabarés en la cadena de la Corporación Voz de Galicia.

En el mundo de hoy <hay un exceso de información relevante, de tal modo que no es fácil tener una visión general, ni comprender o asimilar toda la información>, afirma Daniel Innerarity en su libro La democracia del conocimiento. <Esto incrementa el riesgo de elegir la información irrelevante o secundaria y dejar pasar la verdaderamente importante>, añade. Lo difícil hoy no es acceder a la información, sino tener las claves para poder interpretarla adecuadamente, disponer de una brújula con la que orientarnos en el inmenso bosque de datos de actualidad que llegan a través de los medios y las redes sociales, absolutamente desestructurados o intencionamente ordenados para producir un efecto.

Vía V constituía uno de los mejores instrumentos que ofrecían las parrillas de televisión para ayudar a formarse una idea cabal de lo que estaba ocurriendo en cada momento. Un espacio de libertad, en el que había hueco para la entrevista reposada con personajes de interés y para el debate plural, de confrontación abierta de ideas, pero respetuoso y ordenado, sin la orientación preoconcebida que se adivina rápidamente en otros programas que pretenden pasar por tertulias abiertas y sin el guirigay de tertulianos alzando la voz al mismo tiempo desgraciadamente tan frecuente.

Los mensajes que se han sucedido en las redes sociales desde que se anunció su desaparición refrendan esa idea de libertad. Temas espinosos como las preferentes, el accidente del Alvia en Santiago, la crisis de los refugiados, el maltrato del paisaje o la situación del patrimonio artístico de las antiguas cajas tuvieron en el programa de V Televisión el hueco que escaseó en otras cadenas.

Corren malos tiempos para el buen periodismo. La crisis ha dejado en la calle a cientos de excelentes profesionales del periodismo, a veces excesivamente independientes, ha debilitado a los medios frente a las presiones de los poderes políticos y económicos y ha dejado seriamente tocadas a empresas de comunicación que apostaron más por la empresa que por la comunicación.

En ese contexto, Galicia pierde algo más que un programa de televisión. Pierde un espacio de libertad y una ayuda para entender este loco mundo.