Comentario difundido en el programa <Voces de Galicia>, que dirige Isidoro Valerio en Radio Voz, el 25 de noviembre del 2015)
Dice
Mariano Rajoy ahora que para gobernar no vale gente que llegue
a aprender, que hace falta experiencia.
Pues menos
mal que no pensaban lo mismo quienes lo eligieron e él en 1983 para
presidir la Diputación de Pontevedra con 28 años y muy poca
experiencia. O para ser vicepresidente de la Xunta de Galicia
con 31. Sustituyó entonces a Xosé Luis
Barreiro, quien había sido nombrado conselleiro
de la Presidencia cuando tenía 33. Tampoco iba sobrado de
experiencia Barreiro en esas fechas, pero fue capaz de diseñar la
estructura de la Xunta recién estrenada, poner en marcha el complejo
de San Caetano para albergarla y poner en marcha también la Compañía
de Radio y Televisión de Galicia.
Barreiro sería
después vicepresidente de la Xunta con Fernando
González Laxe, que llegó a ese cargo con
35 años. Otro inexperto era Felipe
González cuando lo eligieron secretario general del PSOE con
32 y fue presidente del Gobierno con 40. Y José María Aznar,
el que nombraría sucesor a Rajoy, llegó a la Moncloa con 43.
Pero parece ser
que a Mariano Rajoy no le gustan ahora los jóvenes inexpertos para
gobernar. Los malpensados dicen que es por la juventud de Sánchez,
Iglesias o Rivera, sus principales rivales.
Pero y prefiero
creer que una personalidad tan destacada como nuestro presidente
tendrá argumentos más profundos, cuando asegura que para una labor
tan importante hace falta trayectoria.
Estoy deseando conocer esa argumentación. Porque, si lo que importa es la trayectoria, tiene aun cerca a Rodrigo Rato, su antiguo compañero de vicepresidencia del Gobierno y luego director del FMI y presidente de Bankia. Hoy su pensión vitalicia de 80.000 euros anuales del Fondo Monetario está embargada por el juez y él, investigado por delitos fiscales, blanqueo y corrupción.
No muy lejos
tiene a otro de historial muy destacado: Jordi
Pujol, factotum en Cataluña durante décadas, valedor de
Gobiernos de Madrid, y cabeza de una numerosa familia también
presuntamente corrupta.
Y qué decir de
la larga y destacada trayectoria de Luis
Bárcenas, destinatario de mensajes de ánimo por parte de
Mariano Rajoy.
Un líder
político de tan alto nivel y que presume de serio debería tomar a
los ciudadanos que le escuchan un poco más en serio.