lunes, 7 de noviembre de 2016

LO QUE IMPORTA ES LA COBRA



Lo que importa es la cobra. Ahí está el ojo del huracán, el centro de atención, el objeto de debate. Lo que preocupa es si el popular cantante rechazó o no la aproximación de la popular cantante y ex novia. Millones de espectadores vieron el supuesto rechazo en la transmisión en riguroso directo y empezaron las especulaciones, ardieron las redes sociales y se dispararon las especulaciones en platós, programas y páginas. 

Poco importa que la misma escena, vista desde otra cámara, descartase el supuesto rechazo. La polémica debe continuar. Hay que rellenar horas de tertulias.

Lo que interesa es la cobra. Poco importa que en ese momento estuviese a punto de nacer un nuevo gobierno, después de casi un año y dos procesos electorales. Poco importa que ese hecho se hiciese posible por el dramático giro del partido que gobernó durante más de dos décadas y que se desangra en una terrible guerra intestina que amenaza con conducirlo a la irrelevancia.

Parece que la cobra es lo más importante. Permite no pensar en que en el Mediterráneo siguen muriendo ahogados centenares de seres humanos que tuvieron la osadía de creer que podrían huir del hambre y de la guerra y encontrar una nueva vida en una Europa cuya principal preocupación parece ser que nadie turbe su vacilante bienestar.

Lo que importa es la cobra. Es algo mucho más próximo que el riesgo de desmoronamiento de la Unión Europea, aunque ahí nos juguemos el destino de cientos de miles de compatriotas que se han ido a buscar la vida fuera de unas fronteras que creíamos desaparecidas para siempre.

Lo que importa es la cobra. Chenoa y Bisbal interesan más que Clinton y Trump, aunque el que gane la primera o el segundo las elecciones en Estados Unidos vaya a tener una influencia directa en nuestras vidas.

Lo que importa es la cobra. Que haya existido o no es secundario. Hay que seguir alimentando la noria que gira sin fin y sin destino.