(Comentario difundido en el programa <Voces de Galicia>, que dirige Isidoro Valerio en Radio Voz, el 26 de noviembre del 2014)
Sonría, por favor. La Xunta anuncia que la
oferta de empleo público crecerá el año próximo un 13 por ciento y eso,
naturalmente, es un signo de recuperación. O, al menos, de que las cosas van un
poco mejor que el año pasado.
¿Un
poco mejor? ¿O tendríamos que decir que, según esas previsiones, van a ir un
poco menos mal que el año pasado? La sonrisa se nos va borrando cuando
avanzamos un poco en las previsiones del gobierno autonómico para el 2015.
¿Mejora? No se puede negar, porque en los tres últimos años por cada diez
médicos o maestros que se jubilaban entraba uno. Y eso significa una
disminución muy notable en plantillas de profesionales tan necesarios.
El
año próximo, la Xunta prevé que por cada diez jubilados se incorporarán cinco.
Hombre, vamos mejorando. Pero la realidad es que se quedarán sin cubrir otros
cinco de cada diez. El boquete sigue aumentando, aunque a menor ritmo que en
años anteriores.
Es
previsible, por tanto, que haya más problemas en las aulas, en los hospitales y
en los centros de salud. A esas vacantes se sumarán las lagunas que se producen
a la hora de cubrir bajas por enfermedad, maternidades o vacaciones, con toda
una rueda de contrataciones por días o incluso por horas y una rotación por las
consultas y los hospitales de profesionales desconocidos para sus pacientes.
Y
para que no nos acusen de demagogia, no diremos que, mientras esto ocurre,
siguen rechazándose propuestas de elevar los impuestos a las rentas más altas,
sigue sin considerarse necesario que los parlamentarios justifiquen en qué
gastan el dinero público cuando viajan y continúan a paso de tortuga las medidas
para reducir asesorías y consejos varios y tantos de los denominados
chiringuitos de la Administración.
Al
menos crece la oferta de empleo público. Sonría, por favor.