miércoles, 27 de abril de 2016

LA CALLE NO ES TUYA

Comentario difundido en el programa <Voces de Galicia>, que dirige Isidoro Valerio en Radio Voz, el  27 de abril del 2016)

Como lo que vimos ayer solo fue una escena más de la representación teatral a la que asistimos desde el 20 de diciembre. Como los líderes de los grandes partidos se limitan a repetir una y otra vez argumentos gastados de tanto usarlos. Como todo apunta a que está a punto de empezar el segundo acto de esa representación, que será una nueva y larga campaña electoral. Como nuestros oyentes probablemente están tan hartos como nosotros de esta cansina cantinela, hablemos de otra cosa.

Por ejemplo, de solidaridad. Esa que hay que demostrar cada día y no solo en las grandes ocasiones. Porque ese conductor que aparca en doble fila justo al lado de un cruce porque así le queda a solo un par de metros el cajero del que quiere sacar algo de dinero, está siendo profundamente insolidario con los demás usuarios de la vía. Porque con su acción tapona todo un carril de la calle, ocasiona un atasco y obliga a peligrosas maniobras a los que circulaban tras él.

Ese conductor, cuando se baja del coche, probablemente mira a los lados y se asegura de que no esté cerca algún policía que lo pueda multar. Pero pasa ampliamente de los demás usuarios de la vía.

Igual de insolidario es el que, para acercarse a la farmacia, deja el coche sobre un paso de cebra. Se escuda en la urgencia de comprar una medicina para él o para algún hijo enfermo, pero olvida a quien llega a ese paso de cebra en silla de ruedas o con un carrito de bebé y no puede pasar.

O el repartidor que, escudándose en que tiene que cumplir un horario o atender al cliente que le está esperando, deja su furgón en doble fila y bloquea a otro coche. No se para a pensar que el conductor de ese vehículo puede tener tanta o más prisa que él.

Esos que se comportan como si la calle fuera suya, quizá son los primeros en mostrar su apoyo a grandes causas solidarias. Pensar en los demás en los gestos cotidianos es el primer paso imprescindible para convivir en paz.