martes, 17 de enero de 2017

MIGRANTES CONGELADOS EN UNA EUROPA DE HIELO

Miles de migrantes soportan gélidas temperaturas en naves abandonadas de Grecia o de Serbia. En las islas griegas, más de 16.000 refugiados sobreviven en campamentos abarrotados, la mayoría de ellos al aire libre, en los que las tiendas llegan a derrumbarse bajo el peso de la nieve. Alrededor de medio centenar siguen llegando cada día a Grecia y un centenar entran cada 24 horas en Serbia, donde más de 7.000 esperan poder continuar su viaje hacia el centro y norte de Europa. 

"La falta de respuesta de la UE está dejando tirados en el frío y la nieve a miles de refugiados y migrantes, incluidos niños no acompañados", denuncia Andreas Ring, portavoz de Save the Children en los Balcanes, en una información publicada en El Español (Puedes leerla aquí). "La falta de voluntad política _añade_ para ofrecer a los solicitantes de asilo alternativas seguras y legales para llegar a otros países de Europa, incluida la reunificación de niños y familias separadas, supone que ahora los refugiados y migrantes, que han sobrevivido a años de guerra, violencia y peligrosos viajes para llegar a un sitio seguro, pueden morir congelados en Europa".

Cientos y cientos de niños no acompañados deambulan por calles y campamentos de Grecia o de Serbia. Y así seguirán, porque no hay trazas de que se vaya a modificar el lento goteo de concesión de visados. Las oenegés se desgañitan, pero los gobiernos hacen oídos sordos, temerosos de que la llegada de más inmigrantes eleve aun más las expectativas electorales de la extrema derecha

Quienes, como Merkel, han asumido un mayor compromiso, han visto flaquear sus expectativas electorales. Europa, sumida en una profunda crisis de identidad, no sabe como afrontar la masiva llegada de gentes que huyen de la guerra y el hambre y se desentiende de ellos. Ni la repetida emisión por las televisiones de interminables hileras de migrantes que recuerdan los campos de concentración sirven de revulsivo.

Al fin y al cabo, solo se trata de ilegales. Así los calificó el insólito próximo presidente de Estados Unidos, para quien permitirles la entrada ha sido un inmenso error de Merkel.

Es un problema de congelación. Del riesgo de congelación de miles de personas que huían de la muerte. Y de congelación del alma de Europa.