(Difundido en el programa <Voces de Galicia>, que dirige Isidoro Valerio en Radio Voz, el 11 de junio del 2014)
Seguimos hablando de abdicación, pero no de la del rey, sino
de otra no tan importante pero también muy sonada. Me refiero a la de Susana
Díaz, que ha abdicado de sus posibilidades de acceder a la secretaría general
del PSOE en este momento.
Ha habido críticas y gestos de decepción por su decisión. No
es para menos. Con el monumental lío que tiene en estos momentos el PSOE, había
un montón de elementos que impulsaron a la mayoría de los barones socialistas a
pedirle que presentara su candidatura.
Y es que no es solo que encabece la
federación socialista más importante.
Es que, además, aportó un millón de los
poco más de tres millones y medio de votos que el PSOE logró el 25 de mayo.
Y ganó por diez puntos al PP en Andalucía.
Y ganó por diez puntos al PP en Andalucía.
Y no ha cumplido aun los 40.
Y su voz
se escucha cada vez con más atención no solo en Andalucía y no solo en el PSOE.
No es extraño que muchos vieran en ella la gran esperanza para reorganizar el
partido socialista.
Pero les ha dicho que no, que quiere seguir en Andalucía, porque
tiene un compromiso que cumplir. Y hay quien critica esta postura, cuando lo
que estamos criticando cada día a los políticos es el incumplimiento de sus
compromisos. Quienes la critican aseguran que no renuncia por cumplir su
compromiso, sino por las mínimas posibilidades de éxito de quien vaya a dirigir
hoy el PSOE. No sé, claro, cuales son sus intenciones. Pero creo que lo que hay
que juzgar en este caso son hechos, no intenciones.
No parece que la mejor vía para iniciar un camino nuevo sea
arrancar de su silla de la Junta andaluza a una persona a la que el PSOE colocó
allí hace solo 9 meses. Porque la sentaron allí sus compañeros de partido, que
ella no se ha presentado aun a las elecciones. Tampoco es de recibo la
pretensión de que simultanease la junta andaluza con la dirección del PSOE.
Cada uno de esos dos puestos requiere una enorme dedicación. Además, dónde
tendrían que esconderse todos los socialistas que han criticado y critican a
María Dolores de Cospedal, creo que con razón, por repartir su tiempo entre la
presidencia de la Comunidad de Castilla – La Mancha y el número dos del PP.
Nadie duda que sería una magnífica candidata para dirigir el
PSOE. Es más que probable que acabe dirigiéndolo dentro de algún tiempo. Pero
los socialistas tendrán que seguir buscando líder.
Un líder que no tenga que
incumplir compromisos con los ciudadanos para cumplir con su partido.
De eso ya
estamos hartos.