Comentario difundido en el programa <Voces de Galicia>, que dirige Isidoro Valerio en Radio Voz, el 8 de junio del 2016)
Estoy sorprendido. Gratamente sorprendido esta vez.
Ha habido un acuerdo. En plena precampaña, con todos los partidos
proponiendo acuerdos en los discursos, pero negándolos en la
realidad.
Pero
esta vez sí. La Xunta y la Federación Galega de Municipios, que
como todo el mundo sabe encabezan respectivamente el PP y el PSOE,
han pactado la denominada Axenda Social de Galicia. El acuerdo es
especialmente importante, porque fija las acciones para combatir la
exclusión social.
Como
informaba ayer La Voz de Galicia, la Xunta incrementará ya este año
un 26% la inversión en esta materia, hasta los 126 millones de
Galicia.
Es
un paso, pero hacen falta aun muchos más. Como señalaba en el
diario Praza Pública Xosé Cuns, de la Rede Galega de Loita contra a
Pobreza, "hai
unha recuperación, pero non lle chega a todo o mundo".
Disminuye el número de personas con carencia material severa y hay
más gente con trabajo. Pero denuncia que el empleo que se está
creando es de una calidad muy inferior al que había antes de la
crisis. En consecuencia aumenta el porcentaje de personas en
situación de pobreza relativa. Tienen trabajo, pero no da para vivir
dignamente.
Los
gobiernos municipales de Santiago y A Coruña ultiman también sus
planes para de renta social municipal. Más parches para taponar el
inmenso boquete de la pobreza y la exclusión social. Pero se sigue
echando en falta una acción global. Y, cuando menos, una
coordinación
efectiva. La reclama también la Rede Galega de Loita contra a
Pobreza. Por ejemplo, que los papeles que se entregan para solicitar
una ayuda en un organismo sirvan para los otros. Hay que evitar <a
peregrinaxe da miseria>, como la define la Rede <que
obrigamos a facer a 600 mil persoas en Galicia, de mostrador en
mostrador>, señalan. Si tienen que dedicarse a conseguir el
siguiente certificado para mendigar una ayuda, no podrán centrarse
en tratar de salir del círculo de la exclusión.
La sociedad viene demandando sin éxito alguno acuerdos a sus políticos. Un pacto en esta materia es doblemente importante. El gran temor, vistos los precedentes, es que se quede en oasis aislado en un inmenso desierto. Ojalá no sea así.
La sociedad viene demandando sin éxito alguno acuerdos a sus políticos. Un pacto en esta materia es doblemente importante. El gran temor, vistos los precedentes, es que se quede en oasis aislado en un inmenso desierto. Ojalá no sea así.