sábado, 26 de marzo de 2016

URGENCIAS HOSPITALARIAS SATURADAS

Comentario difundido en el programa <Voces de Galicia>, que dirige Isidoro Valerio en Radio Voz, el 23 de marzo del 2016)

Anoche me tocó acompañar a un familiar al servicio de urgencias de un hospital gallego, en este caso el de Ourense. Y no pude menos que recordar las rotundas afirmaciones sobre la salida de la crisis, lo bien que nos va y lo muy bien que nos va a ir si nadie hace tonterías y se pueden seguir aplicando las mismas políticas que nos han traído hasta aquí.

Lo recordé con ironía o quizá con sarcasmo, porque lo que vi se parecía más al fruto de años de recortar plantillas a base de jubilar a profesionales sin cubrir su puesto.

A las diez de la noche había en una de las salas de urgencias pacientes que llevaban allí desde las tres de la tarde esperando ser atendidos. Afortunadamente se les permitía estar acompañados por familiares para entretener la espera y poder solicitar atención médica en caso necesario.

Vi a enfermeras, médicos y celadores tratando de multiplicarse y de hacer frente sin perder la compostura a la lógica impaciencia de quienes esperaban y desesperaban.

Pasadas las once de la noche una médica que trataba de dar respuestas a quienes seguían preguntando cuándo les tocaría, relataba que algunos de sus compañeros que habían entrado a las tres de la tarde aun no habían podido cenar y así seguirían para tratar de canalizar la creciente demanda que generaba la incesante llegada de ambulancias y que había obligado ya a tener a varios pacientes en el pasillo.

Está muy bien que se construyan y amplíen hospitales. Pero si se sigue reduciendo el número de profesionales que trabajan en ellos servirá de muy poco. Y, por favor, que no nos vendan que se han convocado cientos de plazas este año. Casualmente, eso ha ocurrido en año electoral. Y son pocas después de años de sequía.

Tener que acudir a urgencias es siempre un mal trago. Padecer las consecuencias de años de recortes puede convertirlo en un drama.