miércoles, 10 de febrero de 2016

EL CARNAVAL POLÍTICO Y LA CRUDA REALIDAD

Comentario difundido en el programa <Voces de Galicia>, que dirige Isidoro Valerio en Radio Voz, el 10 de febrero del 2016)

Empiezo a pensar que todo este lío en que estamos metidos desde las elecciones del 20 de diciembre tiene mucho que ver con el carnaval.

En un artículo publicado ayer en La Voz de Galicia, el antropólogo Manuel Mandianes recordaba que en el carnaval <se saltan los límites fijados por la tradición>. Y el 20 de diciembre saltaron por los aires los límites que el bipartidismo había fijado durante las últimas décadas.

Afirma el antropólogo ourensano que <las relaciones de autoridad se invierten>. Pues que el presidente del Gobierno y ganador de las elecciones le diga al rey que renuncia a someterse a la investidura y el segundo se presente voluntario parece una muestra clara de inversión de las relaciones de autoridad.

Asegura también que <se suspende el rigor de las normas>. Es decir, que un líder político puede acudir en mangas de camisa a reunirse con el jefe del Estado, aunque luego se ponga chaqueta y pajarita para asistir a una gala de cine.

<Cuando los ritos que eran puntos de referencia dejan de ejercer como tales, los grupos inventan o recuperan otros que no se someten a reglas ni reconocen más límites que el deseo>, sigue diciendo Manuel Mandianes. Hasta ahora el ritual consistía en que un ganador claro de las elecciones era elegido presidente sin mayor dilación. Pero esos puntos de referencia que mencionaba el antropólogo se han perdido y ahora el ganador se sienta a esperar mientras el cuarto clasificado negocia con el segundo si admite al tercero en un pacto de gobierno, aunque le dice que mejor sería hablar con el primero y dejar al tercero.

Pero el carnaval terminó ayer, dirá el lector con toda la razón. Es cierto, pero eso refuerza aun más la comparación. 

Tristemente.

Porque hoy es miércoles de ceniza, el día que marca el inicio de ese tiempo de ayuno y penitencia que es la Cuaresma. Pues la estrepitosa caída de las bolsas, los augurios de que podemos estar ante una nueva recesión y los avisos de Bruselas de que el Gobierno entrante tendrá que volver a empuñar la tijera nos devuelve al mundo real. Y a la evidencia de que se terminó el tiempo en que <la disolución de la conciencia individual causa placer porque destruye las barreras>, según también señala Manuel Mandianes.

Toca volver a la cruda realidad.