miércoles, 2 de diciembre de 2015

LOS REFUGIADOS YA NO SON UNA PRIORIDAD



Comentario difundido en el programa <Voces de Galicia>, que dirige Isidoro Valerio en Radio Voz, el 2 de diciembre del 2015)

El 2 de septiembre, hace hoy exactamente tres meses, Europa se conmovía por la aparición del cadáver de un niño de tres años en una playa turca. Se llamaba Aylan y era kurdo. Era uno de los miles de refugiados que huían de las bombas y trataban de llegar a la Unión Europea.

¿Qué ha pasado desde entonces? ¿Hemos avanzado en la solución del problema? No. Nos hemos acostumbrado. En octubre murieron 90 niños que trataban de cruzar el Mediterráneo. Cinco de ellos eran bebés de menos de dos años. En Siria seis millones de niños están en situación que Unicef describe como extrema, sumidos en la pobreza, desplazados forzosos o en estado de sitio.

La mayor oleada de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial ha perdido posiciones en la escala europea de prioridades. Ahora lo urgente es reforzar la seguridad. Mientras apenas se ha puesto sobre la mesa una pequeña parte de los fondos prometidos para afrontar la crisis de los refugiados, se ofrecen tres mil millones de euros a Turquía para que actúe de dique de contención y frene el paso hacia el norte de Europa de los que tratan de reconstruir sus vidas lejos de las bombas y el caos que reina en sus países.

La Europa que hace poco más de medio siglo movía millones de refugiados exige orden a quienes huyen del caos y quiere organizar con calma la integración en su seno de un número aun por decidir. Aunque mientras tanto, los solicitantes de asilo se agolpen en las fronteras, a la intemperie bajo la lluvia.

Hay que extremar los filtros. Lo urgente parece que es ahora tomar medidas para frenar el éxodo. Es decir, para actuar sobre las consecuencias del caos que reina en Siria, Afganistán o Irak. Es más fácil eso que tratar de afrontar las raíces del problema y destinar recursos y esfuerzo a la complicada tarea de pacificar esa atribulada región para que la gente no tenga que huir.


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