Comentario difundido en el programa <Voces de Galicia>, que dirige Isidoro Valerio en Radio Voz, el 14 de octubre del 2015)
El cántaro del presupuesto del 2016, que Rajoy llenó
con tanto esmero, se ha agrietado y amenaza con romperse. ¿Quién es
el culpable de tamaño desaguisado? Pues resulta que los señores de
negro, los vigilantes del déficit y abogados de los recortes a los
que nuestro Gobierno ha manifestado servir fielmente durante estos
duros años.
El
presidente, que siempre ha dicho que él es un señor serio que hace
sus deberes, afirmó en su día que lo coherente era elaborar y aprobar los
presupuestos del 2016 antes de las elecciones, porque lo contrario
sería dejar los deberes sin hacer, como hizo el irresponsable ejecutivo de
Zapatero.
Las
malas lenguas aseguraban, por el contrario, que lo que perseguía
Rajoy y su partido era aprovechar la mayoría absoluta de que aun
dispone en el Congreso para dejar atados los números, ante las muy
escasas posibilidades de repetir esa mayoría en las elecciones de
diciembre. En la mejor de las hipótesis, el PP podría ganar, pero
quedaría a expensas de que Ciudadanos apoyase su investidura. Con
los presupuestos aprobados, afrontaría la negociación en
condiciones mucho mejores.
Pero
hete aquí que los hasta ahora aliados del club del déficit y los
recortes les han dicho que se han pasado con el maquillaje de las
cuentas para presentarlas a quienes votarán en diciembre si les
renuevan la confianza.
Claro
que la sangre no ha llegado el río y todo se queda en
recomendaciones que tendrá que cumplir el Gobierno que salga de las
urnas en diciembre.
Pero,
con sus advertencias, los señores de negro han agrietado el hermoso
cántaro lleno de leche y miel con el que Rajoy quería endulzar el
trago a los escarmentados votantes. Y ya nadie puede asegurar que no
se rompa el 20 de diciembre. Tantos meses prometiendo un futuro feliz
si siguen ellos gobernando para esto.
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