miércoles, 17 de septiembre de 2014

ALLARIZ, VEINTICINCO AÑOS DESPUÉS

(Comentario difundido en el programa <Voces de Galicia>, que dirige Isidoro Valerio en Radio Voz, el  10 de septiembre del 2014)

Allariz está celebrando el vigesimoquinto aniversario de aquella revuelta popular que provocó un vuelco en la historia del municipio. Un centenar de truchas muertas en el río Arnoia motivaron un encierro en el Ayuntamiento que iba a durar unas horas, pero acabó prolongándose meses y provocando la dimisión del alcalde y el equipo de gobierno.
El Allariz de hoy se parece, afortunadamente, muy poco al de hace 25 años. Lo que nació como una protesta medioambiental se convirtió en punto de inflexión y aquella villa en decadencia inició una sorprendente recuperación. La clave estuvo en un gobierno municipal que, más allá de las siglas, se planteó el objetivo de colocar al municipio en una senda de desarrollo sostenible, con dos claves muy claras: tener muy en cuenta la historia y las características de Allariz y contar en todo momento con la opinión y la participación de sus vecinos. Las asambleas que se celebraron durante el encierro para informar y decidir los pasos a dar se convirtieron en herramienta habitual de gestión del nuevo gobierno municipal.
La recuperación del río Arnoia fue el primer paso. A la limpieza de sus márgenes con la colaboración vecinal siguió la recuperación de antiguas fábricas o molinos fuera de uso para convertirlos en museos o locales de hostelería. El gobierno municipal del BNG no tuvo reparo en negociar convenios con distintos propietarios para convertir al río en un lugar atractivo para el turismo.
Siguió un complejo proceso de rehabilitación del casco histórico de la villa. En este caso, los convenios fueron con las administraciones autonómica y central para lograr el milagro de restaurar cerca de 600 inmuebles e invertir diez millones de euros. También aquí hubo convenios con propietarios de bajos para restaurarlos y buscar quien estuviese dispuesto a iniciar en ellos actividades comerciales. Esta fórmula ha seguido usándose para iniciativas tan originales como el centro outlet. Su puesta en marcha ha convertido una de las calles del casco antiguo alaricano en una sucesión de tiendas de conocidas marcas con precios rebajados. Se ha convertido en un nuevo atractivo turístico de una villa que ha multiplicado su oferta hostelera, además de haber logrado una modesta, pero no desdeñable industrialización.
El milagro Allariz ha sido posible por un gobierno municipal, que se marcó objetivos claros y trató en todo momento de implicar en ellos a sus vecinos. Parece el abc de la gestión municipal, pero no debe de ser tan fácil cuando hay tan pocos milagros Allariz en nuestra tierra. Ahora que estamos a punto de entrar en una nueva campaña de elecciones municipales no está demás recordárselo a los candidatos. Si lo del programa y la participación vecinal sigue en pie después del día de las elecciones, se consiguen resultados de los que disfrutan todos.


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